¡Pizza time! Cuando no puedes comer ni gluten ni lácteos el reto es conseguir hacer una buena masa y hacer la pizza tan sabrosa que no se eche de menos el queso. Lo cierto que es la pizza es muy versátil y se le puede poner casi cualquier ingrediente e incluso un buen quesito vegano que tengamos a mano. Ahora que me he acostumbrado a no comer queso, para mí lo importante es la masa y una buena salsa de tomate tipo italiana. Esta vez hice la típica de jamón serrano, tomatitos cherry y rúcula. Y para hacer la base usé trigo sarraceno (alforfón), un pseudocereal muy interesante para sustituir harina de trigo y para hacer galletas, panes, y muchos tipos de masa. Eso sí, como todo cereal o pseudocereal, es muy importante remojarlo durante toda la noche, y si se puede, fermentar durante 24h la masa para eliminar al máximo los antinutrientes y que no nos produzca permeabilidad intestinal. Es verdad que hay que planificarlo con tiempo (2 días antes), pero es un proceso muy fácil de hacer aunque parezca farragoso y resultado de tanto mimo es, claro, ¡una delicia!